lunes, 18 de junio de 2007

La verdad del arte en voz de Heidegger.



Por Antonio González

La obra de arte se distingue de las otras cosas precisamente en que ella es la que manifiesta lo que las cosas verdaderamente son. El famoso análisis que Heidegger hace del cuadro de los zapatos de van Gogh quiere mostrarnos precisamente esto. En esos zapatos se hace presente todo el mundo de la campesina que los posee. El esfuerzo, el caminar sobre los campos, la esperanza en las cosecha, la amenaza de la muerte, la seguridad del pan. Los zapatos, con su sencilla utilidad, ponen a la campesina en contacto la tierra y con todo su mundo. Y esto es precisamente lo que nos muestra la obra de arte. El cuadro de van Gogh nos da a conocer lo que es concretamente un instrumento (Zeug) como son los zapatos. Esto no nos lo puede decir una descripción, ni un análisis de los zapatos. Tampoco se nos manifiesta cuando vemos simplemente un par de zapatos. Solamente la obra de arte pone ante nosotros lo que son verdaderamente esos zapatos. Lo que hace el arte es mostrarnos la verdad de las cosas, lo que ellas son en verdad. Estamos de nuevo ante una ''desvelación'' o ''desencubrimiento'' (Unverborgenheit), ante la verdad en el sentido de los griegos (a)lh&qeia). La obra de arte pone en obra la verdad de los entes, de tal manera que su ser viene a la permanencia de un aparecer. Ella nos abre el ser de los entes, y por ello se puede decir que la obra de arte es el acontecer (Geschehnis) de la verdad. El arte está así ligado íntimamente a la verdad. La belleza no es algo que se añade a la verdad, sino que ella consiste simplemente en el aparecer del ser en una obra obra de arte y como tal obra. De este modo se muestra con claridad cómo el arte y la técnica tienen para Heidegger un enorme parentesco, pues en el fondo ambas derivan de la misma te/xnh de los griegos. Más radical que todo logro artístico y que toda técnica en el sentido moderno, la te/xnh es originariamente para los griegos un modo saber en el que algo oculto llega a la presencia.

De este modo, el origen de la obra de arte nos remite directamente al ser. Pero no al ser como pura presencia, pues siempre que algo se desencubre, hay también algo que queda oculto, y que no se manifiesta. El clarear (Lichtung) que la obra de arte pone en medio de los entes, es al mismo tiempo un ocultamiento. Y esto no es un juego de artista. Heidegger entiende que lo que la obra (Werk) de arte hace no es un simple obrar (Wirken) en el sentido de un efectuar, de un producir, donde simplemente se estaría manifestando la autoría del artista. En la obra de arte se abre un claro (Lichtung) donde se pone en obra (Ins-Werk-Setzen) la verdad de las cosas. Lo que acontece entonces es un cambio en el desencubrimiento mismo de los entes, y esto significa un cambio en el mismo ser. Ahora bien, este clarear del ser tiene para Heidegger el carácter de una composición poética (Dichtung). No es que Heidegger quiera reducir todo el arte a la poesía (Poesie), sino simplemente mostrar que es el lenguaje el que puede poner a los entes en la apertura que muestra su verdad. Y esto es lo que caracteriza a todo arte. La poesía (Poesie) acontece en el lenguaje, precisamente porque el lenguaje guarda en sí el carácter mismo de la composición poética (Dichtung), en el sentido más radical de la expresión. El lenguaje no es un simple medio de comunicación, sino aquello que trae a los entes a la apertura en la que se muestra su verdad. Y en este sentido se puede decir perfectamente que el arte, en cuanto poner en obra la verdad, es una composición poética (Dichtung).

Fuente del texto:http://www.geocities.com/praxeologia/ereignis.html
Fuente de la fotografía de Heidegger:
www.brown.edu/.../Harmansah/images/heidegger.jpg

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